jueves, 21 de marzo de 2013

POLÍTICAS AMBIENTALES

LAS POLÍTICAS AMBIENTALES


La política ambiental es el conjunto de los esfuerzos políticos para conservar las bases naturales de la vida humana y conseguir un desarrollo sostenible. Desde los años 70, con la conciencia ambiental creciente, se ha convertido en un sector político autónomo cada vez más importante tanto a nivel regional y nacional como internacional. En los gobiernos de muchos países hay un ministerio encargado de temas ambientales. A nivel de empresa la política ambiental es un requisito de los sistemas de gestión medioambiental certificados como ISO 14001.
 PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA AMBIENTAL
Los principios de la política ambiental se sustentan en los contenidos en la ley general del ambiente y adicionalmente en los siguientes principios.
·         Transentorialidad: el carácter transentorial de la gestión implica que la actuación de las autoridades públicas con competencias ambientales debe ser coordinadas y procesadas a nivel nacional, sectorial, regional y local, con el objetivo de asegurar las acciones de acciones integradas, para optimizar sus resultados.
·         Analiz, costo y beneficios: las acciones públicas deben considerar el análisis entre los recursos a invertir y los retornos
·         Competitividad: las acciones públicas en matera ambiental deben contribuir a mejor la competitividad del país en el marco del desarrollo socioeconómico y la protección del interés público.
·         Gestión por resultados: las acciones públicas deben a una gestión por resultados e incluir mecanismos de incentivo y sanción para asegurar el adecuado cumplimiento de los resultados esperados.
·         Seguridad jurídica: las acciones públicas deben sustentarse en normas y criterios claros, coherentes y consisten en el tiempo, a fin de asegurar la productividad, confianza y gradual ismo de la gestión pública en material ambiental.
·         Mejora continua: la sostenibilidad ambiental es un objetivo de largo plazo que debe alcanzarse a través de esfuerzos progresivos, dinámicos, y permanentes, que mejoras incrementales.
·         Cooperación pública y privada: debe propinarse la conjunción de esfuerzos entre las acciones públicas y las del sector privado, incluyendo a la sociedad civil, a fin de consolidar objetivos comunes y compartir responsabilidades en la gestión ambiental.

 LA POLÍTICA AMBIENTAL

Los años ochenta y noventa, pasó por la etapa de reformas neoliberales de la economía y transitó progresivamente hacia formas de operación que la integran al mercado ambiental global. Pero la escala regional de la crisis ambiental es el espacio concreto en el cual interactúan los actores del mercado ambiental. En el caso de México, existen escenarios claramente diferenciados que se reseñan para ilustrar la complejidad de ese fenómeno característico de la globalización: su doble vertiente global/local. Más allá de un asunto teórico, mi propuesta es que una política dirigida hacia la crisis ambiental debe considerar lo que denomino el “saber geográfico”, es decir, la particularidad social y económica en que se produce geográficamente dicha crisis.
México es un país con un gran acervo de capital natural, pero sometido a una ardua presión por lograr una alta tasa de crecimiento económico de corto plazo. En la búsqueda de un desarrollo social y económico que incluya la preservación de un ambiente natural de calidad, el Estado mexicano ha introducido en su agenda los asuntos ambientales. Sin embargo, las instituciones y las políticas públicas destinadas a regular el comportamiento ambiental de los actores han vivido, y siguen viviendo, un proceso de aprendizaje en el transcurso del cual se han adoptado diferentes posturas y estrategias. Este artículo revisa la evolución de las instituciones y de las políticas instrumentadas en la última década, cuestionando en particular la pertinencia y eficacia de las mismas a la luz de la perspectiva económica.
Las primeras fases de la política ambiental en México, como casi en todo el mundo, se orientaron hacia las causas más aparentes de la contaminación y entre las cuales destacaba el sector industrial. Se tomaron medidas de "emergencia" para solucionar problemas inmediatos orientados hacia los efectos ambientales externos de la empresa, y por ende se buscó un control "al final del tubo".
Gradualmente se fue llegando a un punto en el cual se hizo patente que insistir en el comando-control y en las soluciones al final del tubo resultaba cada vez más costoso y la vez menos efectivo, lo que llevó a que se desarrollasen nuevos enfoques en tomo a la prevención de la contaminación.
Al transcurrir el tiempo y disponerse de mejor información es posible redimensionar el papel que juega la industria en la contaminación en general y se observa que en muchos casos hay una gran falacia. Por ejemplo, en el plano atmosférico urbano la industria genera a lo sumo 20 o 30% de los contaminantes, como se percibe al analizar prácticamente cualquier inventario de emisiones atmosféricas.
En el caso del agua, la responsabilidad directa de la industria asciende en México a un 20% de la contaminación total de las cuencas, e indirectamente contribuye a través de la producción de plaguicidas y fertilizantes. Cabe señalar que la industria es en este caso responsable de la presencia de casi la totalidad de los contaminantes tóxicos que se encuentran en nuestro cuerpo de agua. en lo que se refiere a los residuos peligrosos y a actividades altamente ríesgosas, así como a la contaminación de suelos por metales pesados y tóxicos, la industria sin duda es el principal responsable (si dentro de la definición de industria incluimos a la minería). Es éste el único caso en que la responsabilidad de la industria no ha sido exagerada.






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